Laura Virginia Santiago Aragón
Laura Virginia Santiago Aragón, es un artista visual, es escultor, compositor de música para cine, Mis dibujos explora los temas de la fantasía oscura, Burlesque, ciencia ficción, el Carnaval y Classic.
Soy una persona sencilla que quiere aprender más sobre el arte;. arte realista, ilustración, cine, música, escultura, cerámica, poesía, el amor es inevitable, estas diversas expresiones del arte, sería un pecado para mí hacer caso omiso de estos lenguajes del arte
Mi mayor influencia desde mis 15 años, . es el artista japonés Hajime Sorayama, que ha sido mi mayor inspiración en mi vida artística, el tema de la ciencia ficción, ha sido mi punto débil, desde entonces
mi mayor inspiración e influencias son: Leonardo Da Vinci, Hajime Sorayama, John Everett Millais, Federico de Madrazo, J. Espalter, Zapata, Steve Hanks, en particular, Jean-Baptiste Greuze, Bergkvist Linda, Hussar Michael, Fernando Botero, Arturo Michelena y el surrealismo de Salvador Dalí.
Mi arte explora los estudios forenses, psicológicos y el análisis de la personalidad de cada individuo o el modelo de retracción, algunos tienen la ilusión de seguir al espectador.
Para mi uso el trabajo artístico: lápices policromos - acuarelas - pigmentos naturales - Ceras - grafito - los sedimentos de la tierra - las tintas naturales y químicos - jeringas y agujas ..
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
Comentarios
Publicar un comentario