Edwin Lord Weeks nació en Boston, Massachusetts. Fue alumno de Léon Bonnat y de Jean-Léon Gérôme, en París. Hizo muchos viajes a Oriente, y se distinguió como pintor de escenas orientales. Semanas, los padres fueron ricos especias y comerciantes de té a partir de Newton, un suburbio de Boston y, como tales, eran capaces de aceptar, promover, probablemente, y sin duda las finanzas de interés juvenil de su hijo en la pintura y los viajes. Como un hombre joven Edwin Lord Weeks visitó los Cayos de Florida para dibujar y también viajó a Surinam en América del Sur. Sus primeras pinturas conocidas fecha a partir de 1867 cuando Edwin Lord Weeks tenía dieciocho años, aunque no es hasta que su Paisaje con Blue Heron, con fecha de 1871 y pintada en los Everglades, que semanas Edwin Señor empezó a mostrar una destreza de la técnica y el ojo para la composición - se supone que habrían tomado la matrícula profesional.En 1895 escribió e ilustró un libro de viajes, desde el Mar Negro a través de Persia y la India, y dos años después publicó Episodios de Montañismo. Murió en noviembre de 1903. Él era un miembro de la Legión de Honor, de Francia, un oficial de la Orden de San Miguel, Alemania, y miembro de la Secesión de Múnich.
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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