Manuel Núñez comenzó su carrera en el arte después de salir de Art Center College of Design en 1979. Comenzó a trabajar principalmente como ilustrador haciendo carteles de películas, portadas de discos y el trabajo editorial. Más tarde se centró en las ilustraciones de moda, trabajando para empresas como, de mayo de Empresa, Lord & Taylor, Robinson, Nordtroms y Woodward y Lohrop. También taughtfashion ilustración en Otis Parsons en Los Ángeles y en el Art Center College of Design de Pasadena. En 1990, Manuel decidió seguir una carrera en la obra de la galería, que desarrolló un cuerpo de trabajo y comenzó a ser publicado por Ralph Gorton de publicación de la Cumbre. Manuels trabajo ha sido expuesto en muchas galerías de todo el país y en Europa, algunas de la más reciente, sólo mirando la Galería en San Luis Obispo, CA, la galería de los artefactos en Cambria, CA, Arte Viaiona Artes de Sedona, Arizona, el Pacífico Bellas Arte en Kona, Hawai, Galería chica de mis sueños en Hartford, Galería Ediciones en Edmonton, Alberta y la Galería Visions, Moscow.Manuel también ha sido encargado por varios de sus colectores para hacer retratos. Manuel es miembro del Club de Arte de California y exhibido en la Exposición Medalla de Oro 2003. Sus trabajos también recientemente recorrió el país en las "semillas" exposición "de sol a sol".
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
Comentarios
Publicar un comentario