De Chirico nació de una familia noble de la lengua italiana, el padre Evaristo, ingeniero de ferrocarriles, construyó el primer ferrocarril en Bulgaria y Grecia. Nacido en 1891 en la misma ciudad a su hermano Andrew Albert. Posteriormente estudió piano y Albert, George se matriculó en la Universidad Politécnica de Atenas para llevar a cabo el estudio de la pintura.Los dos hermanos estaban muy unidos y compartieron sus conocimientos. Alrededor de 1909, comienza a esbozar la poesía del arte metafísico capaz de gobernar y transformar las emociones inconscientes. En 1911 se unió a su hermano Alberto de Chirico en París donde conoció a los artistas más importantes de la época, comienza a pintar cuadros con un estilo más seguro. Fue influenciado por Gauguin a partir de la que forman la primera actuación de las plazas de Italia. Entre 1912 y 1913 se extiende su fama, incluso si usted no consigue el éxito económico adecuado. Durante este período, comenzó a pintar sus maniquíes en primer lugar. Con los años algunas de las pinturas de París representa George fundamentales del siglo XX. Al estallar la Primera Guerra Mundial, de los hermanos Chirico reclutar voluntarios y se envían a Ferrara. Después de un período inicial de desorientación debido al cambio de la ciudad de George renueva su pintura no representa las plazas más grandes de sol, pero aún vive con símbolos geométricos, galletas y panes. En el cuadro 50 se caracteriza por su hábito de auto-retratos en estilo barroco y las vistas de Venecia. Murió en Roma el 20 de noviembre de 1978.Ver completo
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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