Irene Jones nació en Beeston, Nottinghamshire. Con sólo 13 años, se asistió a una escuela de arte unido a la universidad de Nottingham de Artes y Oficios, donde más tarde estudió diseño gráfico. Pasó su temprana carrera trabajando como asistente de diseñador en teatros de repertorio en Nottingham y Colchester.
Desde 1970 ha vivido en la frontera de Devon, Cornwall, la pintura y la participación en exposiciones en galerías, en el suroeste incluyendo el oeste de la Academia Real de Inglaterra. Hasta hace poco la mayor parte de su trabajo ha sido en el sentido de realismo doméstico;. Composiciones ocupado de la vida en el hogar de la familia, y los acontecimientos, observa con honestidad y un grado de extravagancia
En 2009 Irene mostró una serie de pequeños retratos que ella llamó su "damas de Tudor ". Su trabajo actual se desarrolla a partir de esto, una serie de pinturas que recuerdan los retratos medievales. La miradas de reojo, gestos y de los detalles simbólicos como el libro cerrado, la luna creciente o una flor específica sugieren que un relato aún no imponen una historia. Estas obras están inspiradas por un período aún no servilmente históricos y relacionados con los temas perennes de la vida humana, tienen una calidad intemporal. Informados por los sueños, los miedos, pero sobre todo su imaginación, el trabajo de Irene Jones 'es único y cautivante.
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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